Acto 1: Te matriculas en un curso de dos días que incluye la certificación del rol en el que te van a capacitar, no necesitas examen.
- Consecuencia: Los expertos reclaman que no haya examen.
Acto 2: El curso es modificado e incluye un examen que puedes dar luego del segundo día, esta evaluación no es muy compleja y se basa en un documento de no más de 20 hojas.
- Consecuencia: Los gurús ahora reclaman la simplicidad del examen e indican de que es muy tarde pues muchas personas han llevado el curso y que por eso estar certificado ha perdido valor.
Acto 3: Aparece un nuevo curso que incluye documentación de 200 hojas, menciona áreas de conocimiento, procesos base, lineamientos y un examen que involucra estudiar algunas cosas –incluso– al pie de la letra.
- Consecuencia: El olimpo se indigna, no es posible que se llegue a tanto.
¿Cómo se llama la obra?
No me molesten, dejenme estudiar, aplicarlo, equivocarme y seguir aprendiendo.
Lo más importante es recordar que tenemos que combinar experiencia con certificaciones pues lamentablemente el mercado lo pide y bueno, no todos tenemos una empresa para criticar a los que necesitamos postular a cargos que requieren grados de estudio.
Un abrazo, tengo que estudiar.
JD